Un accesorio desarrollado exclusivamente en Argentina con hardware y software de código libre y gratuito, promete facilitar el uso de smartphones y tabletas a las personas con discapacidad motriz que se encuentra prácticamente impedida de accionar pantallas táctiles.
Esto se trata de Mobility Launcher, un proyecto desarrollado y materializado por Leonardo Russo, un desarrollador que ya experimentó en el campo de la ayuda a personas con discapacidad con «Blind Comunicator», una app que informa a ciegos lo que aparece en la pantalla del teléfono inteligente.
En esta ocasión, el dispositivo cuenta con una pantalla LCD y una serie de botones, que se conecta mediante un cable USB a smartphones y tablets con Android 3.4 o más que dispongan de la función USB Host.
Por su parte, la App -disponible en Google Play- posee una guía de voz que informa al usuario sobre todo lo que pasa en el dispositivo. Esta misma se encuentra actualmente disponible en castellano, inglés, francés, portugués e italiano.
Una vez que se establece la conexión, el celular se maneja a través del accesorio y permite al usuario atender y realizar llamadas, recibir y enviar mensajes. Del mismo modo puede escuchar música, usar una grabadora de voz, definir alarmas, gestionar contactos y navegar la web con el motor de Google como punto de partida.
Adicional a que su software sea de código abierto, Russo tomó la iniciativa de que el hardware del mismo modo maneje tecnología abierta Arduino y que la carcasa pueda ser generada en cualquier impresora 3D.
Su desarrollador dejó disponibles en la web todos los planos necesarios para que un técnico pueda construir su propio Mobility Launcher: «La carcasa 3D puede costar 300 pesos y el hardware restante, unos novecientos».
No obstante, Russo dijo comprender que la difusión de un dispositivo que debe ser ensamblado con placas de hardware y que necesita de la impresión 3D para contenerlo «será más dificultosa porque no sólo se trata de bajar una app».
El principal objetivo de este proyecto es que pueda ser adoptado por instituciones especializadas que estén dispuestas a fabricarlo. «Nadie elige tener una discapacidad y en consecuencia, nadie debería ganar dinero gracias a una persona con esa condición», aseguró.